El concepto de semillas feminizadas fue desarrollado en Europa a través del banco de semillas Dutch Passion durante los años 90. Estas semillas feminizadas se diferenciaban de las semillas regulares en que las feminizadas estaban diseñadas por los criadores específicamente para desechar los cromosomas macho. De esta manera se consiguen semillas las cuales todos sus cromosomas son hembra y producen plantas femeninas. Vamos a continuación a ver las diferencias entre las semillas de marihuana feminizadas vs regulares.

En la actualidad casi todos los bancos de semillas de cannabis ponen todos sus esfuerzos en crear semillas de cannabis feminizadas para su catálogo. Cada vez quedan menos bancos como Sensi Seeds que también continúan con la crianza de semillas regulares.
Por si todavía no lo sabes, las semillas de cannabis regulares no tienen definido un sexo, o sea que puede salir la planta macho o hembra. Las plantas de cannabis hembras son las que producen los cogollos por si solas. Mientras que las plantas de cannabis macho solo producen polen para polinizar otras plantas, y no producen cogollos.
Semillas feminizadas, el gran avance que todos esperábamos.
La aparición de las primeras semillas feminizadas de cannabis supuso un antes y un después en el cultivo de cannabis. De esta forma conseguimos semillas que sabemos a ciencia cierta que nos van a dar plantas hembra. Evitando así el desperdicio de semillas, espacio, materiales (tierra, macetas, abonos…), tiempo e incluso vatios de luz si es un cultivo de interior.
Con las semillas feminizadas también nos ahorraremos constantes visitas al cultivo para identificar los machos antes de que estos soltaran el polen. Incluso evitar las molestas semillas en nuestros cogollos por la polinización de otras plantas macho, que ni siquiera eran nuestras. Y es que el polen de los machos es un polvillo fino, que con el aire se mueve rápido y es capaz de recorrer grandes distancias en muy poco tiempo.
¿Qué se usa más, feminizadas vs regulares?
La inmensa mayoría de los cultivadores en Europa escogen semillas feminizadas de cannabis por estas razones. Y es que es muy pesado tener que ir revisando planta por planta identificando los machos para quitarlos antes de que puedan soltar su polen. Recuerda que una planta polinizada está fabricando semillas mientras que deja aletargada su producción de cogollos y resinas. Por lo que se podría decir que son menos potentes y también menos productivas.
Además al retirar los machos se van quedando espacios libres donde la luz o el espacio ya no es aprovechado. Las plantas durante el crecimiento han ido rellenado el espacio de cultivo y al retirar los ejemplares macho iras viendo cómo te quedan espacios libres que no se van a rellenar. Esto supone un desaprovechamiento de luz, espacio, tiempo y dinero, además de un fastidio.
Las semillas feminizadas se han vuelto una herramienta muy útil para todo tipo de cultivadores. Por ejemplo en el cultivo de guerrilla. Y es que con las semillas feminizadas no necesitas poner semillas de más ni gastar tanto en materiales. Al poner exactamente el número de plantas que necesitas para tu espacio de cultivo, puedes hacer un mejor aprovechamiento de los recursos y optimizar el cultivo.
Por todos estos motivos, hoy en día, escoger semillas de cannabis feminizadas es preferible a las semillas regulares, ahorrarás tiempo, dinero, y espacio y ganarás en tranquilidad y seguridad, que es algo que todos los cultivadores buscamos.
¿Cómo se hacen las semillas feminizadas?
Las semillas de cannabis feminizadas no han sido genéticamente modificadas, las primeras semillas feminizadas se hacían a través de dos plantas hembra. Una de ellas con tendencias hermafroditas ante situaciones de estrés y otra siendo una hembra pura. Los cultivadores conseguían esto alterando el fotoperiodo y haciendo podas a ramas y hojas. Con las flores macho y el polen que generaban estresando la planta de tendencias hermafroditas se hacía la polinización de la planta totalmente hembra.
Con el tiempo las técnicas de feminización se han mejorado y se han vuelto bastante más complejas y refinadas. Hoy en día existen varios métodos como el de la plata coloidal, el tiosulfato de sodio con nitrato de plata, hormonas e incluso métodos totalmente naturales como los de rodelización.
Ventajas de las semillas regulares
No todo iban a ser contras con las semillas regulares, las semillas regulares guardan un as bajo la manga. Y es que para hacer los cruces de semillas se necesita el polen de un macho. Y no un macho cualquiera, sino uno con buena genética que aporte cualidades al cruce. De esta manera se pueden hacer tus propios cruces genéticos con las características que más te gusten.
Las plantas macho tienen un gran vigor vegetativo, se pueden distinguir en el cultivo por su gran tamaño comparado con las femeninas. El vigor de las regulares es una muy buena razón para usar estas semillas con el fin de hacer una planta madre y sacarle esquejes. Sus esquejes enraízan más fácilmente y se desarrollan con menos problemas.
Las semillas regulares también poseen un abanico más amplio de fenotipos distintos. Con la especialización en los cruces de nuevas variedades feminizadas, se busca crear una planta con unas características concretas. Esto lo consiguen volviendo a cruzar las variedades entre ellas para acortar el mapa genético y reproducir fielmente esas características.
Las semillas autoflorecientes
Semillas de cannabis autoflorecientes, automáticas, autoflowering o autos. Todas estas denominaciones se refieren al mismo tipo de semillas de cannabis: a aquellas cuya floración comienza automáticamente, y no en función del cambio de fotoperiodo. Esto se debe a que estas variedades, las autoflorecientes, contienen una genética denominada ruderalis, procedente de zonas con climas extremos como el sur de Siberia, el norte de Kazajistán o Rusia.
La principal característica de la genética ruderalis es su velocidad de floración, y que la floración no depende del fotoperiodo, es decir de los cambios lumínicos día/noche de la estación, sino que el crecimiento de los cogollos se produce de forma natural independientemente del escenario o contexto en el que se encuentre la planta. Florece una vez alcanza un punto de madurez sin que le afecten las condiciones externas que le rodean. Esto suele coincidir con el desarrollado del séptimo nudo, normalmente tras un periodo de crecimiento de entre 3 y 5 semanas.
Este tipo de semillas presentan algunas ventajas sobre otras, ya que se desarrollan mejor en climas fríos, su ciclo de vida es más rápido que otras variedades y requieren menos nociones de cultivo que otras genéticas, por lo que se recomiendan para desarrollar tus primeros cultivos. Si buscas desarrollar un cultivo discreto, este tipo de semillas pueden ser una buena opción ya que al tener un ciclo de vida corto (3 o 4 meses) no crecen tanto y pueden ser muy convenientes para espacios reducidos o visibles, como balcones, terrazas o partes luminosas de una casa.
Y precisamente tocando el punto de la iluminación, este tipo de semillas necesitan bastante luz; por lo que si deseas cultivarlas en exteriores es recomendable hacerlo cuando los días son mas largos (esto dependerá de en que hemisferio del planeta te encuentres) y si lo que buscas es cultivar en interiores te recomendamos ciclos de luz de al menos 18 horas, recuerda cuanta más luz, más rápido y más grandes crecerán.
Hermafroditismo, plantas con genes hembra y macho
Ahora, también cabe resaltar que cualquier planta de cannabis puede producir flores de ambos sexos en situaciones de un fuerte estrés. Estas situaciones pueden ser condiciones ambientales adversas, falta o exceso de agua, excesos con los abonos, plagas de insectos u hongos, alteraciones en el fotoperiodo, luces residuales que le da a la planta cuando debería estar a oscuras o el daño físico a la planta.

El hermafroditismo es un mecanismo de supervivencia que ocurre por una situación de estrés. Entonces, la planta al darse cuenta de que sus probabilidades de sobrevivir y terminar su ciclo no son muy buenas, empieza a producir flores macho que polinizarán los pistilos de sus mismas flores hembra, produciendo semillas sin necesitar una planta macho.
En el caso contrario, las plantas macho también pueden producir flores hembra, pero es mucho mucho más raro que ocurra.
Siendo más claros, el hermafroditismo es una parte natural de la genética de la planta de marihuana y dependiendo de la genética de cada planta esta será más o menos propensa a mostrar hermafroditismo ante condiciones de estrés.
Sin duda la aparición de semillas feminizadas de cannabis fue un gran avance para los cultivadores, a los cuales les solucionó grandes problemas. Pero las semillas regulares aún siguen teniendo sus ventajas y aunque ya no tanto, todavía se siguen usando con normalidad hoy en día. Y tu cuéntanos, ¿Cuáles prefieres y por qué?